lunes, 6 de abril de 2020

Fósiles colombianos

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Eremotheriun, perezoso prehistórico


La Comisión de Vertebrados surge por el interés de investigar el Intercambio Biótico Americano en Colombia, un territorio de paso obligado durante la dispersión entre la fauna de Norteamérica y Suramérica.

Esta gran aventura inicia en abril de 1944 liderada por la Universidad de California, Berkeley, y el entonces Servicio Geológico Nacional. El equipo científico, conformado por el Dr. R. Stirton y Dr. J. Royo y Gómez viaja al Municipio de Villavieja (Huila), donde realizanel hallazgo de un majestuoso ejemplar: el Eremotherium.

Los perezosos terrestres fueron organismos grandes y pesados que vivieron en las Américas durante el Pleistoceno y están directamente relacionados con los perezosos modernos. Evolucionaron en América del Sur y migraron hacia América del Norte.



El perezoso gigante sobrepasó los 3 metros de alto y llegó a pesar más de una tonelada. Estos organismos fueron herbívoros. Sus dientes eran ideales para esta dieta, aunque también tenían otras partes del cuerpo que desempeñaban un papel importante en su alimentación. Sus robustas patas traseras, en combinación con su cola, sostenían su enorme cuerpo para alcanzar los árboles en busca de follaje.

Sus largas y curvas garras, probablemente son una adaptación para cortar el follaje de las ramas de los árboles.
Comparación entre Megaterio y Eremotherium


  • ​El Eremotherium  poseía extremidades de mayor tamaño con respecto a las de Megatherium
  • El Eremotherium presentaba  tres dedos, mientras que el Megatherium contaba con cuatro dedos.
  • El Megatherium se caracterizó por presentar un cráneo mucho más robusto que el del Eremotherium
  • El Megatherium presentó una dentición más especializada y por ende, su alimentación era más selectiva. Por el contrario, el Eremotherium poseía una dentición primitiva, que le permitía tener una amplia gama de alimentos.
¿Por qué es un perezoso y no un oso?
  • ​Los perezosos pertenecen al grupo de los xenarthra; mientras que los osos a la familia de los úrsidos

  • Los osos caminan sobre las plantas de sus patas y no girando sus patas para apoyarse sobre sus dedos, como lo hacen los perezosos.

  • Los perezosos al ser xenarthra tienen más vertebras cervicales (huesos del cuello) que los osos.

  • Los xenarthra fueron fauna endémica originaria del sur de América, mientras que los úrsidos migraron desde América del norte hacia el sur.

  • Los úrsidos se caracterizan por su hibernación; los perezosos no hibernan debido a que tienen un metabolismo muy lento.

  • Los perezosos no tienen caninos ni molares, pues, todos sus dientes son muy parecidos; en cambio en los úrsidos si se pueden diferenciar incisivos, caninos, premolares y molares.


KRONOSAURUS BOYACENSIS




Época: principios del Cretácico (hace 145,5 Millones de años)
Dimensiones: de 12 a 15 metros de largo.

El Kronosaurio es el mayor de los pliosaurios conocidos. El robusto y achatado cráneo llegaba a medir 2,7 metros de largo, casi la cuarta parte de la longitud total del cuerpo. Sus mandíbulas eran mayores y más poderosas que las del Tiranosaurio Rex, el más grande de los dinosaurios carnívoros.


                
En el hocico de un Kronosaurio fácilmente cabría una persona y sus mandíbulas eran más poderosas que las del T-REX.

El mar en el Cretácico había invadido y sumergido muchas regiones de Colombia y de Australia (en realidad no habían surgido las cordilleras oriental no occidental, la central ya se estaba formando). El ambiente era cálido y los mares poco profundos, condiciones favorables para el desarrollo de una vasta población de peces y cefalópodos.

El Kronosaurio y los otros pliosaurios de cuello corto eran excelentes nadadores que deben haber encontrado una fuente casi inagotable de alimentos en aquellos cálidos mares.


Aspecto probable de un Kronosaurios.       

 El Kronosaurio tenía aletas que le servían para desplazarse en el agua. Se han encontrado dos fósiles de Kronosaurio, uno en Queensland (Australia) y otro en Moniquirá (Boyacá, Colombia), cerca de Villa de Leyva, en donde actualmente se encuentra. El ejemplar boyacense es el más completo pues se conserva la mayor parte del esqueleto fosilizado del Kronosaurio.

Estudios recientes encontraron que los pliosaurios tenían un refinado sentido del equilibrio que les permitía hacer persecuciones a grandes velocidades sin fallar al momento de capturar a su presa. Sus cuerpos eran hidrodinámicos, pues nadaban con espectacularidad. Podríamos decir que ocupaban el nicho de las ballenas orca de hoy en día.


Callawayasaurus columbiensis




Época: El de villa de Leiva es del Aptiano, es decir de hace entre 125 y 112 millones de años atrás.

Dimensiones: 8,5 metros.

Una expedición de paleontólogos norteamericanos dirigida por el Dr. Ruben A. Stirton encontró en Colombia los esqueletos fosilizados de dos enormes reptiles marinos.

El primero lo hallaron en 1945 y lo llevaron a la Universidad de California en Berkeley. El segundo lo descubrieron en 1948 y lo puedes ver “en vivo y en directo” en el Museo Geológico José Royo y Gómez.

Se calcula que la antigüedad de estos fósiles es de entre 125 y 112 millones de años, de una época llamada Cretácico Inferior.

Estos reptiles marinos, conocidos como plesiosaurios, se extinguieron junto con los dinosaurios sin dejar ningún descendiente o linaje.

Nuestro plesiosaurio se fosilizó dentro de concreciones
calcáreas, un tipo de rocas que se fueron formando en torno a él, al mismo tiempo que ocurría la fosilización. Esto permitió que sus huesos no fueran deformados por la presión y que se conservaran en tres dimensiones, como pocos ejemplares en el mundo.

El cráneo del Callawayasaurus columbiensis mide 35 centímetros (14 pulgadas) de longitud y fue encontrado en Villa de Leiva, Boyacá, Colombia.

 


¡Huesos gigantes en Colombia! Una expedición de paleontólogos norteamericanos dirigida por el Dr. Ruben A. Stirton encontró en Colombia los esqueletos fosilizados de dos enormes reptiles marinos.

El primero lo hallaron en 1945 y lo llevaron a la Universidad de California en
Berkeley. El segundo lo descubrieron en 1948 y lo puedes ver “en vivo y en
directo” en el Museo Geológico José Royo y Gómez.
Se calcula que la antigüedad de estos fósiles es de entre 125 y 112 millones de años, de una época llamada Cretácico Inferior.

Estos reptiles marinos, conocidos como plesiosaurios, se extinguieron junto con los dinosaurios sin dejar ningún descendiente o linaje.

El género y especie de los nuestros es Callawayasaurus colombiensis.

Nuestro plesiosaurio se fosilizó dentro de concreciones calcáreas, un tipo de rocas que se fueron formando en torno a él, al mismo tiempo que ocurría la fosilización. Esto permitió que sus huesos no fueran deformados por la presión y que se conservaran en tres dimensiones, como pocos ejemplares en el mundo.
El viajero de cuello asombroso. Con una longitud de casi 10 metros, 3 de los cuales son del cuello, el Callawayasaurus colombiensis es el reptil marino más largo del Museo.
El Callawayasaurus colombiensis era un reptil marino gigante que surcaba los mares de nuestro país hace120 millones de años. Fue una sorprendente criatura del grupo de los plesiosaurios. Dentro de los plesiosaurios, el Callawayasaurus se encuentra entre el grupo que tenía el cuello más largo de todos.

Sus predadores, los pliosaurios, tenían mandíbulas tan fuertes como las de los tiranosaurios.
Tenían una cabeza pequeña, de 35 centímetros. Aunque tiene un aspecto manso, no lo era tanto, sus mandíbulas estaban llenas de muchísimos dientes súper filosos y puntiagudos como agujas.
Sus fosas nasales son llamadas “narinas” y estaban ubicadas cerca a los ojos. Este animal tenía 40 vértebras cervicales, bastantes si tienes en cuenta que los
mamíferos (entre ellos los humanos) tenemos apenas siete.

Cuerpo perfectamente adaptado a la vida acuática. Aún para los científicos es un misterio saber cada cuánto subía a la superficie a respirar y cuánto tardaba el aire en llegar a sus pulmones. Se creía que salían al continente a depositar huevos (como las tortugas), pero es improbable que pudieran hacerlo con semejante cuerpo y cuello tan grande. Es probable que hayan sido ovovivíparos, es decir, que sus huevos eclosionaran dentro de su cuerpo y, luego, dieran a luz en el agua.
Ágil predador de peces, aunque su dieta incluía variedad de almejas y ostras.
Ingería gastrolitos, pequeñas piedras del sedimento marino, que le ayudaban a triturar la comida en el estómago y asimilarla. Contaba con dos pares de aletas, como las de las tortugas, que le permitía desplazarse por los océanos.
Medía, aproximadamente,de 8 a 10 metros. Algunos tenían la teoría que el cuello del Callawayasaurus era flexible y lo podía mover como los cisnes. ¡Nada de eso! Estudios recientes indican que esto no era posible.
Aún para los científicos es un misterio saber cada cuánto subía a la superficie a respirar y cuánto tardaba el aire en llegar a sus pulmones.

Con una longitud de casi 10 metros, 3 de los cuales son del cuello, el Callawayasaurus colombiensis es el reptil marino más largo del Museo.
Descubre aquí sus características:

Como los plesiosaurios “viajaban” por el mundo es muy difícil precisar si el mar que había en ese momento en Villa de Leyva era el hogar del Callawayasaurus. De pronto solo pasaba por allí cuando murió.

¿Cómo eran el mundo y Colombia hace 120 millones de años?

En ese momento solo había un súpercontinente: Pangea. Además, el territorio que hoy ocupa nuestro país no tenía cordilleras y buena parte estaba cubierto por un mar rico en diversidad de organismos marinos.
¿Por qué aparecen tantos fósiles en Villa de Leyva?
Para que un organismo se fosilice, al morir debe quedar protegido, entre otros factores, del ataque de los carroñeros; esto ocurre cuando los restos caen en arena o lodo en una cuenca marina.

A medida que pasa el tiempo, el cuerpo es enterrado cada vez más profundo; la presión y la temperatura aumentan, la arena y el lodo se convierten en roca sedimentaria y los restos del animal son reemplazados por minerales hasta convertirse en fósiles.

El mar de Villa de Leyva. ¡Esto fue lo que ocurrió en Villa de Leyva!

El fósil fue hallado en un lugar llamado Loma de la Catalina, a 6 km. de Villa de Leyva (Boyacá); hoy, un lugar desértico.
Había una vez un cráneo.
Mary Anning era una mujer humilde que recolectaba y vendía fósiles en la costa suroccidental de Inglaterra en el siglo XIX. Su oficio la condujo a prestigiosos descubrimientos de organismos fósiles como el Plesiosaurus dolichodeirus, uno de los primeros plesiosaurios del que se tuvo registro.
Cuando el paleontólogo Reverendo William Conybeare presentó una imagen del hallazgo de Anning al Barón Georges Cuvier, conocido como “el padre de la paleontología”, este último dijo que se trataba de los huesos de una tortuga unidos a los de una serpiente que pretendían ser el cuerpo y el cuello de un organismo imaginario.
En 1824 el Reverendo Conybeare determinó que los huesos estaban perfectamente dispuestos y articulados y que, por lo tanto, se trataba de una criatura extraña y novedosa para todos.

El esqueleto del Callawayasaurus colombiensis que ves en el Museo Geológico José Royo y Gómez fue encontrado junto con otro exactamente igual, durante una expedición conjunta entre el Museo y la Universidad de California, en Villa de Leyva.

Uno de estos esqueletos fue llevado al museo de la Universidad de California donde Dr. Samuel Welles, en 1962, lo estudió y le dio nombre. Al parecer, solo uno de los esqueletos tenía preservado el cráneo.
En el Museo podrás observar que el cráneo de nuestro plesiosauro es una réplica en resina.
La decisión de que los fósiles hallados en suelo colombiano sean llevados a otros países es, en la actualidad, un importante tema que se discute en las políticas de salvaguardia de nuestro patrimonio fósil, las cuales están siendo desarrolladas por el Servicio Geológico Colombiano.


Yaguarasaurus colombianus: sus huesos fueron encontrados y preparados entre 1994 y 1997 cerca a la quebrada Itaibe, Cauca. Vivieron hace alrededor de 89 millones de años, durante el Turoniano, en el Cretácico Superior.


PLATYPTERYGIUS SACHICARUM





Época: principios del Jurásico a comienzos del Cretácico (hace 213 – 144 millones de años).
Dimensiones: 2 metros de largo.

Las articulaciones entre las vértebras caudales permitían al animal describir poderosos movimientos laterales con la cola. La estructura de la cola, combinada con la gran flexibilidad de la columna vertebral, impulsaba al reptil rápidamente por el agua con el mismo método utilizado por los peces modernos más veloces.

Se han hallado varios cientos de esqueletos completos de Ictiosaurio con los huesos todavía articulados entre sí. Se han encontrado igualmente los diminutos huesos de las crías, encerrados en el cuerpo de varias hembras adultas. Este hallazgo, sumado al descubrimiento de varios especimenes con las crías saliendo del cuerpo del adulto (emergiendo primero la cola, como en las ballenas y delfines modernos), permite afirmar sin lugar a dudas que estos reptiles marinos daban a luz a las crías vivas en el mar.

Los orificios nasales del Ictiosaurio estaban muy cerca de los ojos, por lo que el animal sólo tenía que rozar la superficie para respirar. El principal sentido utilizado por el Ictiosaurio para localizar a su presa debe de haber sido la vista. Sus ojos eran grandes y extremadamente sensibles.



Los hallazgos confirman que los peces constituían la base de la dieta de los ictiosaurios y revelan que además comían cefalópodos, entre ellos belemnites.



Esqueleto fósil de un Ictiosaurio.

Se conservan restos de células pigmentarias, cuyo análisis indica que la piel lisa y gruesa del Ictiosaurio debe de haber sido de un color oscuro, marrón rojizo.

Los fósiles del Ictiosaurio se han encontrado en Europa (Inglaterra y Alemania), Groenlandia, América del Norte (Alberta) y Colombia (Villa de Leyva).

Los restos de este ictiosaurio fueron encontrados en octubre de 1967 en la loma Pedro Ruiz de Villa de Leyva, Boyacá. Este espécimen recorrió los mares hace 115 millones de años, aproximadamente, entre las edades Barremiano y Aptiano del periodo Cretácico.


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